02 / 02 / 2024
La Unión Regional de Cooperativas Agroalimentarias de Castilla y León -URCACYL- se solidariza con las manifestaciones de los productores que se están llevando a cabo en diferentes países europeos, y que se están iniciando en nuestra Comunidad Autónoma. Con este movimiento, se está mostrando la situación de insostenibilidad de presente y futuro que va a llevarse por delante a una parte importantísima de nuestro sector agrícola y ganadero.
Las actuales movilizaciones son el resultado de la frustración de una gran parte del sector y de la falta de diálogo. Ni la Comisión Europea ni el Ministerio de Transición Ecológica y Reto Demográfico en España, han recibido al sector en los últimos 5 años, ni debatido el cambio de un modelo productivo complejo que debe ser aplicado por los agricultores y ganaderos.
Al mismo tiempo, solicitamos a la Comisión Europea y al Gobierno de España que garantice la libre circulación de mercancías y proteja el mercado europeo de los actos vandálicos que se producen en la frontera francesa y destruyen producciones españolas con destino al resto de la UE.
Además, la nueva PAC, con menos presupuesto y ayudas, exige la adopción de medidas medioambientales y una burocracia inabordable que los productores no pueden implantar a corto plazo, especialmente cuando están sufriendo el impacto de la sequía y la disminución progresiva de sus ingresos.
El resultado es una cadena agroalimentaria sin valor y unos productores sin rentabilidad, sin relevo generacional y abocados al abandono, con consecuencias en el medio ambiente y en el territorio, ya visibles en la España vaciada.
Desde Urcacyl y en sintonía con Cooperativas Agro-alimentarias de España se exige por tanto un diálogo inmediato al más alto nivel en la UE y en España para abordar de manera coherente y con tiempo el cambio de modelo productivo. Sin rentabilidad económica, sin agricultores y ganaderos. y sin actividad en las zonas rurales no se conseguirá la sostenibilidad de ningún tipo.
La agricultura es el motor de la UE, ninguna solución pasará por destruirla, sino por reforzarla, mejorar su funcionamiento y dar el valor que se merece a la producción de alimentos europeos.