21 / 06 / 2024
En nuestro empeño por que el trabajo de las mujeres vinculadas al mundo cooperativo sea conocido por el resto de la sociedad, continuamos dando voz a las mujeres de las cooperativas de nuestra región y en esta ocasión tenemos el gusto de presentaros a Adriana Alonso Cuesta, socia de la cooperativa Bodega Cuatro Rayas, ubicada en la localidad de La Seca (Valladolid).
Relativo a ti y a tu cooperativa:
Me llamo Adriana y ya desde mi abuelo Alejandro, la familia ha tenido viñedos y tierras en la localidad de Aldeanueva del Codonal, en Segovia. Cuando los nietos aún éramos pequeños, íbamos a vendimiar con mis primos y la verdad es que mantengo un recuerdo maravilloso de aquellas épocas.
Hace unos años empecé con mi padre, vine dos temporadas al viñedo a ayudarle, pero luego me quedé embarazada y tuve que dejar el trabajo de campo; sin embargo, nunca lo perdí de vista.
Con el tiempo mi marido se hizo autónomo, montamos nuestro propio viñedo y, junto con mi padre trabajaron codo con codo hasta que hace un año y medio me apunté a esto de ser autónoma, agricultora y mamá al mismo tiempo.
La formación en este trabajo es más práctica que teórica. Lo que yo he aprendido es gracias a mi padre Claudio pero todavía me queda mucho por aprender. Con respecto a la parte teórica, es el curso de Incorporación a la Empresa Agraria, la formación oficial que se recibe y que te marca la hoja de ruta a seguir.
De momento, ninguna traba. Las únicas trabas que me he encontrado han sido las burocráticas, no por ser mujer, pero sin lugar a dudas, es la mayor traba en el sector, para hombres y para mujeres.
Mi llegada a la bodega cooperativa fue buena; además presentábamos una explotación en régimen de “Titularidad Compartida”, que como todavía no es una fórmula muy frecuente, la acogida fue muy rápida y estimulante para ambas partes.
Creo que toda mujer que entre en el mundo del vino es siempre bienvenida, pues sus intereses son iguales que los de cualquier otros socio hombre, conseguir una sostenibilidad a todos los niveles y mejorar la calidad de vida de las familias que formamos parte de ella; además, nuestro punto de vista puede aportar siempre un elemento diferenciador con respecto al que ha existido tradicionalmente, con cooperativas en las que de manera tradicional solo aportaban ideas los hombres; yo, en mi caso particular, siempre me he sentido muy querida en La Bodega de Cuatro Rayas, ya que no entro de nuevas; mi abuelo y mi padre son socios y siempre nos hemos sentido muy acogidos y queridos.
Más del 30% de mujeres de la bodega son socias cooperativistas; en cuanto a la plantilla trabajadora, esta está formada por más de un 33% de mujeres.
A lo mejor en otra época te diría que sí, pero ahora yo realizo el mismo trabajo que mi padre y que mi marido, con la diferencia de que ellos están todo el día en el campo y yo por la tarde compagino esa labor con la de cuidar a mis hijos. Es una labor diaria sacrificada, pero también tengo que decir que estoy muy contenta y orgullosa del trabajo que realizo.
Que disfrute del trabajo y que nunca se rinda. La agricultura es muy dura, pero si eres constante, verás el fruto.
La cooperativa tiene implantado un Plan de Igualdad de Oportunidades por el que hemos recibido varios premios y reconocimientos a nivel nacional y regional. En él hay incorporadas medidas de conciliación para la vida personal y laboral, además de un protocolo de selección y promoción. Por otro lado, hay un protocolo para la prevención y actuación frente al acoso sexual y acoso por razón de sexo.
Además, tenemos una creada una comisión de jóvenes, “Envero” de la cual, un 50%, son mujeres, lo que asegura nuestro relevo generacional.
Dar más consejos a las mujeres que llegan de nueva incorporación y facilitar más información sobre ayudas o bonificaciones.
Su mensaje a las cooperativas:
El problema es que los jóvenes lo tienen muy complicado para acceder a la tierra y además en principio, se necesitan hacer grandes inversiones. Además, piensan que el trabajo en el sector primario es una labor diaria muy sacrificada y poco valorada; entonces, este problema seguirá existiendo si no se destinan fondos para la mejora de las condiciones de acceso a la tierra para que los jóvenes se animen y exista el relevo generacional.
Las mujeres tenemos muchas cargas a lo largo de nuestro día a día y hay ámbitos que son mucho más visibles y vistosos que el trabajo en el campo. Con ayuda de la Titularidad Compartida se está dando más visibilidad a la mujer de cara a que ella tributa como el hombre y se la dan unas seria de ayudas y subvenciones que si ella no estuviera en la explotación al hombre no se la darían. Eso también hace reconocer a la mujer en este sector tan masculinizado.
Favorecer e incentivar la entrada de más mujeres, haciendo ver que sin ellas, el progreso de la cooperativa puede estar comprometido.
Más cursos adaptados a las mujeres y tener más confianza en ellas, sobre todo eso.
Si las apetecen y quieren que lo hagan! Creo que a las mujeres, en los tiempos que estamos, no nos para nadie, y tenemos que estar orgullosas de todo lo que estamos construyendo! Por nuestras abuelas y bisabuelas que trabajaron en el campo y no tenían ninguna visibilidad.
Todavía queda mucho por hacer, pero estoy segura de que poco a poco iremos consiguiendo metas que hace no tanto tiempo, ni pensábamos que conseguiríamos.